miércoles, 9 de diciembre de 2009

Lenguado a la Meunier con verduritas al vapor.

Mucha gente desconoce por qué a esta célebre manera de preparar el pescado, y en especial el lenguado, la llaman así. Yo he buscado con Google y no he conseguido encontrar nada. Así que creo que merece la pena contar la historia.
Jean-Pierre Meunier nació en 1889, en la bonita villa de Périgueux, en el departamento de la Dordoña, hijo de un zapatero y de una monja que abandonó los votos por amor. Tuvo la fortuna de tener como profesor al por entonces desconocido novelista Léon Bloy, del que tomó prestado su aforismo "No te prepares para nada que no sea la vida y la muerte: todo lo demás es inesperado."
Al estallar la Gran Guerra fue movilizado al frente. Si hemos de creer a Ernst Jünger, y a la semblanza que de él nos hace en "Radiaciones", debió ser un sargento algo tarambana y bastante espartano para con los demás -pero no para él mismo. Sin duda se trata de un bulo. Poco antes de la segunda batalla de Yprés, el sargento Jean-Pierre se dedicaba a cocinar para el general y sus invitados. Ignoramos por qué motivo accedió a este puesto, muy codiciado por su relativa comodidad y su fácil acceso a las por entonces tan escasas viandas. Pensó cocinar un sencillo plato a base de lenguados a la plancha con limón y almendras, una cosa ligera, puesto que el general, Ferdinand Foch, padecía de dispepsia. Encargo a su segundo que fuera despellejando el lenguado y picando las almendras. También encargó al novato pinche que pusiera un poco de mantequilla en la sartén. Algo debió ocurrirle a nuestro Meunier y tuvo que abandonar la cocina y dejarle encargado del guiso al inexperto pinche. Aquel soldado, en vez de untar la sartén con mantequilla debió echar un enorme trozo. Tampoco anduvo rácano con el limón, pues empleó el zumo de los dos que quedaban en la despensa: el resultado fué medio litro de una extraña salsa amarillenta. Cuando Meunier vio aquel desastre lo mandó a pelar patatas. Pero decidió aprovechar la salsa para acompañar el pescado a la plancha. Fue un éxito. La mujer del general Foch pidió la receta y, desde entonces, algo injustamente, no solo a aquella salsa se la llamó Meunier, sino que al acabar la guerra, Jean-Pierre abrió el coqueto restaurante "La Fontaine" en la rue des Grands-Augustins, del que incluso nos habla elogiosamente Proust en "Un amor de Swann". El "soldado desconocido" al que le debemos realmente la receta murió en el frente.
(...)
Bien, en realidad, toda esta historia me la he inventado, pero ¿a que resulta convincente? Pues mentiras más burdas nos sueltan los telediarios. Y más aburridas. Y sin moraleja.



Ingredientes, para 4 personas:
-500 gr de diversas verduras,
-500 gr de lenguados, limpios y en filetes,
-Almendras molidas,
-Mantequilla,
-Aceite de oliva,
-Harina,
-Perejil,
-2 dientes de ajo,
-Un limón.
-Sal.

Modo de elaboración:
En primer lugar, prepararemos la guarnición de verduras. Para ello, las cocinaremos al vapor. Lo idóneo es hacerlo en una olla con rejilla, de forma que las verduras se colocan sobre la rejilla y el agua en el fondo de la cazuela. Se puede utilizar cualquier verdura troceada en pedazos pequeños.
Si no disponemos de este tipo de cazo, tampoco pasa nada. Podemos cocinarlas en un wok o, simplemente, utilizar las que vienen ya cocidas en frasco. existen marcas que están deliciosas. Una muy buena es "Mimo". En este caso, solo tenemos que lavarlas bien bajo el grifo para que se desprendan del sabor del líquido conservante.
Una vez cocidas las verduras, elaboraremos un sofrito con un chorrito de aceite y un par de dientes de ajo muy picado con el que aderezaremos las verduras. Las salamos a nuestro gusto y ya está.
Vamos ahora con la preparación de los lenguados. Lo más cómodo es comprarlos ya fileteados. Los salamos y los enharinamos. después los freímos durante un momento en aceite muy caliente hasta que se doren un poco por fuera. Este proceso debe hacerse con brevedad porque si el pescado se hace demasiado, se seca y pierde gran parte del sabor. cuando tengamos el lenguado bien doradito lo reservamos.
Y, finalmente, llega el momento de preparar la salsa. Para ello, derretimos un buen trozo de mantequilla en una sartén. Después, añadimos el perejil y las almendras bien picados. batimos contínuamente para que se forme cierta espuma cremosa. Cuando tengamos la salsa bien batida, añadimos el zumo de un limón, o más, según nuestro gusto.
Ahora añadimos los lenguados en la salsa y los terminamos de hacer a fuego lento, durante unos cinco minutos.
Después los emplatamos con su guarnición.
Bon appetit!

5 comentarios:

Maria C dijo...

Sinceramente ya me la estaba creyendo,jajaja,deberias dedicarte a escribir.
Una receta clasica pero siempre muy buena hasta para hacerla con Surubi,a falta de lenguado.Un beso

Dizdira Zalakain dijo...

La verdad es que anoche tenía insomnio y estuve mirando cómo nos mienten en los noticiarios. Así que se me ocurrió esta tontería, que mezcla verdades con mentiras para imaginar qué pasaría si esto se emitiera por TV en prime time. Por mucho que en algun medio surgiese una voz crítica, que desmantelase con datos mis invenciones, de nada le seviría. Mi mentira estaría en un Gran Medio y su verdad en un medio alternativo. La mayoría me seguiría creyendo a mí.
Gracias y un beso.

. dijo...

Yo también me lo estaba tragando.

Si no me confundo... hace algunos años, en Italia, un millonario decidió promocionar un producto a bombo y platillo. Creó tal expectacion que todo el mundo estaba muerto de ganas por ir a comprar ese producto en cuanto lo pusiesen a la venta. Finalmente resultó que dicho producto no existía pese a que ya había miles de ávidos consumidores dispuestos a comprarlo a cualquier precio. Igual no se te deba mal hacer algo así.

Saludos

Dizdira Zalakain dijo...

Ya, lo que pasa es que me falta infraestructura..jeje... Está claro que para el 90% de la población, el criterio para evaluar la fiabilidad de un mensaje no está en el mensaje mismo sino en todo lo que rodea éste.
Podría hacerse el experimento de subtitular idénticamente las declaraciones de dos líderes políticos rivales. La mayoría las percibiría como totalmente distintas.
Saludos.

Anónimo dijo...

no nas hagan perder al tiempo con este tipo de estupideces